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"2001: Una odisea del espacio", el arte de la perfección


Si valoramos que una película es buena por la sensación de alegría o satisfacción que deja al espectador, probablemente la mejor de la historia sería una de Spielberg, Cameron, o cualquier otro director o productora taquillera, ya que este modelo es el que mejor hace las películas como saben que le va a gustar a la gente. Pero si para calificar una película nos olvidamos de eso, y en su lugar analizamos su mensaje, su técnica, su búsqueda de la perfección en todos los aspectos, el resultado sería muy diferente. Probablemente, no se correspondería con un buen sabor de boca que nos dejaría a la conclusión de la misma, cosa que suele ocurrir cuando aún no sabemos mucho de cine y vemos una película como "Ciudadano Kane", "El Padrino" o 'Lawrence de Arabia' y nos parecen "aburridas". Incluso inicialmente, todos tenemos prejuicios ante las películas en blanco y negro, o peor aún, las mudas. Por suerte, con el tiempo aprendemos a ser pacientes y darle una oportunidad a la obra para que nos convenza.

Uno de los directores, quizás el más claro ejemplo, que más ha estado en contra del modelo cinematográfico americano de crear películas al gusto de la audiencia no es otro que Stanley Kubrick, bien acompañado por los cineastas independientes. Y sí, Kubrick trabajó para la Warner, la misma que tiene dos películas que ocupan actualmente puestos entre las cinco más taquilleras de la historia ('Harry Potter y las reliquias de la muerte. Parte 2' y 'El caballero oscuro'). Sin embargo, el "matrimonio" no era del todo feliz, pues Kubrick se aprovechaba de sus recursos económicos para poder dar vida a sus complejos y costosos guiones, y la productora sudaba la gota gorda con las exigencias del realizador (existen bastantes anécdotas), quizás sabiendo que aunque en un primer momento la crítica no lo reconociera, con el tiempo acabarían teniendo su logotipo incrustado en las mejores películas de la historia.


Refirámonos ahora a la película en sí, '2001: Una Odisea del espacio', idea surgida del relato El centinela, de Arthur C. Clarke. Si alguien me pregunta si le aconsejaría verla una tarde después del trabajo para relajarse y disfrutar, le diría que se ha equivocado de película. Seguramente la acabase quitando a la media hora y la incluyera en su lista negra. Lo que tenemos entre manos no es una hamburguesa grasienta y deliciosa del Burger King, si no un elaborado plato de caviar. Para quien comer sea saborear algo rico, la mejor comida sería la primera; para quien lo importante es que sea sano, la segunda. En el cine pasa lo mismo, es siempre subjetivo, pero al ser un arte, debemos premiar al esfuerzo, a la originalidad y al saber arriesgarse en plasmar lo que un artista tiene en la cabeza sin contemplar lo que le guste a los demás.

Una vez advertidos, prosigo. El comienzo ya es confuso: unos primates interactuando extrañamente entre sí. Si miramos más allá, comprobaremos que es una metáfora del descubrimiento del poder, cuando uno de estos simios descubre la utilidad del hueso como arma, y así someter a los demás. De este modo, podemos llegar a la conclusión de que es inherente al ser humano la violencia, como instinto, desde el principio de la evolución. También simboliza el inicio de la creación desde el hombre, es decir, lo que él crea, lo artificial, sus herramientas; que se desarrollan hasta llegar a las naves espaciales. Del más remoto pasado del hombre pasamos al más remoto futuro, dando lugar a la elipsis temporal más famosa de la historia.


De acuerdo, ese futuro no puede ser el año 2001; obviamente esta fecha ya se nos ha quedado atrás, al menos, en nuestro planeta Tierra. Debemos verlo otra vez como una metáfora, un nombre más que un número, que significa "futuro lejano". También en esta época, el hombre, altos dirigentes, deciden esconder algo que no comprenden del resto de la sociedad, por miedo a que ésta interprete un significado que les cueste a ellos su poder; el hombre, un experto en la Tierra, es solo un niño en el espacio, un pez fuera del agua.

Como tercera historia, un grupo de astronautas acompañados de una computadora inteligente se dirigen a un destino desconocido. Sin embargo, lo importante gira entorno a la máquina, mentalizada como un humano, busca aprovechar el poder que tiene otorgado al controlar la nave para conseguir su reconocimiento como un ser vivo más, como una criatura un paso por delante en la evolución que el hombre. Finalmente, el astronauta que sigue el camino de los creadores del monolito y se encuentra afrontando su propia muerte.

De este modo, la trama no está contada ni en 1ª ni en 3ª persona, si no por una "4ª", un extraño "ser" o "no-ser" superior, un universo, el creador del artefacto, el/lo mismo que tiene la respuesta a "¿qué hubo antes del Big Bang?" y que nunca conoceremos exactamente qué es, si es que es un algo.

El monolito acaba siendo incomprendido por las personas, sin importar en qué época se encuentren. Algo así como le pasa a esta película, la que nunca podremos comprender del todo y por lo tanto se tiende a rechazar. Quizás en ambos casos, sus respectivos creadores sean genios superiores en mente que el resto de humanos. Quién sabe si Kubrick estuvo expuesto a una experiencia extrasensorial para poder concebir una película que, a priori, a nadie más se le podría ocurrir.


En el apartado de la banda sonora, la música clásica, encabezada por el "Así habló Zaratustra" (inspirada en una obra de Nietzsche, para más inri), se deshumaniza, no parece creada por el individuo, si no que es el sonido del espacio. Desde un punto de vista técnico, podemos definirla como el "Jesucristo" del cine de Ciencia-Ficción, por haber marcado un evidente antes y después en la consolidación de este género, anteriormente considerado menor. Esto le valió a su realizador el Óscar a "Mejor Efectos Visuales", la única estatuilla que recibiría en toda su carrera.

Puede que la prueba más evidente de su perfección sea que haya tantas personas a las que no les guste, la encuentren soporífera y al no comprender nada de lo que vean, la rechacen. Eso es precisamente lo que la hace especial. No tiene un carácter pseudo-religioso subjetivo al estilo 'El árbol de la vida', que en un principio me recordó a ésta. '2001', como ya he dicho, no puede estar rodada si no de manera objetiva, fría, impiadosa, gracias a esa "4ª" persona.


Para finalizar, y para añadirle más morbo, el filme está incluida en numerosas teorías de conspiración, tales como que posteriormente de su estreno, el gobierno de los EEUU utilizó los decorados para grabar el viaje del Apolo XI; a lo que hay que sumar las extrañas circunstancias en las que falleció el director tras dirigir la también controvertida 'Eyes Wide Shut'. Tampoco se libra de esa faceta visionaria que tenía el director, pues todos sabemos lo que ocurrió en EEUU en septiembre de 2001, y es curiosa la anécdota de las famosas tablets, "inventadas" por Kubrick 40 años antes de que se le ocurriera a cualquier empresa de última tecnología.

No es que desaconseje su visionado, si no que lo óptimo sería esperar a tener ya una concepción madura del mundo y todo lo que nos rodea para verla y, una vez hecho, mantenerla en la memoria para que con el paso del tiempo vayamos completando todo eso que se nos escapa. Nunca sabremos si algún día descubriremos lo que el gran Stanley Kubrick nos quería decir. Lo que está claro es que para llevarse a cabo, solo se podía servir del arte más completo de todos (por incluir música, arquitectura, interpretación, étc): el cine.


Personalmente, a esta película no solo la considero como la mejor película de la historia, o la mejor película que se rodará jamás, o una consumada obra de arte al nivel de lo mejor de Mozart o Da Vinci. Pienso que es mucho más, es un suceso por encima de la propia existencia humana, más allá incluso de la idea de Dios. Es la historia que más temas abarca que nunca se haya filmado, pero que como punto fuerte nos muestra la relación del ser humano con un universo tan inmenso que todo lo que conocemos o conoceremos nunca solo será una mota de polvo dentro de él.

Nota: 11/10

(Vídeo de la serie de "50 películas que deberías ver antes de morir", de TCM)

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