"Stoker", otra insatisfactoria "americanización" de un talento extranjero

Park Chan-Wook podría ser el más talentoso cineasta asiático vivo si no tuviera dos problemas: Wong Kar-Wai y los guiones que elige.

La historia de 'Stoker' sufre los mismos inconvenientes que le veo a 'Old Boy': una historia poco creíble que se maneja con aún mayor inverosimilitud. La desventaja que sufre su nueva cinta es que además la trama trata con bastante simplicidad un montón de aspectos ya mil veces vistos.
 En cuanto a la dirección es intachable, Chan-Wook sigue sorprendiendo con su facilidad para narrar escenas sencillas con un habilidad técnica abrumadora. Consigue acercarnos tanto a la protagonista en algunas tomas que casi podemos percibir su olor y su tacto. Sin embargo, parece que en este sentido se ha sobre-desarrollado, al igual que le viene ocurriendo a su homólogo chino ya citado (en especial en su también aventura estadounidense 'My blueberry nights'), pues en ocasiones se excede y la imagen se pasa de preciosista sin tener un contenido que lo merezca.

Mia Wasikowska acierta a la hora de mostrarse extrañamente atractiva, distante e insensible. Matthew Goode da el pego como siniestro tío seductor. Una Nicole Kidman poco aprovechada no lo compensa con sus ya demostradas dotes interpretativas, y su cara plastificada a golpe de bisturí se me hace difícil de mirar.