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"Ahora me ves", un truco de magia barato


La historia, que cada vez se está volviendo menos original, empieza como la aventura de cuatro magos de la calle que se acaban convirtiendo misteriosamente en los Robin Hood del siglo XXI. Por supuesto, esta acaba siendo solo un débil reclamo publicitario para atraer al público, afectado por la crisis. Lo que termina por imponerse es otra cacería del gato y el ratón entre ellos y una casual pareja de policías tan idílica como incompetente.

Pero a resumidas cuentas, se repite el esquema de que los perseguidos son listos y lo comprobamos gracias a los continuados fracasos de sus perseguidores, siempre un paso por detrás. Los trucos de magia están elaborados, sí, pero vágamente explicados y difícilmente creíbles (la verdadera magia es cómo han conseguido los bancos robarnos tanto durante tanto tiempo sin darnos cuenta).


La dupla Michael Caine y Morgan Freeman siempre es deliciosa, sin importar de qué papeles se traten. El cuarteto principal está compuesto por el cargante Jesse Eisenberg, la tontita Isla Fisher, el chistoso Woody Harrelson y el guapito Dave Franco; personajes bastante encasillados a sus actores. Mark Ruffalo recupera su papel de policía de 'Zodiac', por decirlo de algún modo.

Cómo no, las comparaciones con la no tan sobrevalorada 'El truco final' de Nolan son inevitables. El prólogo inicial recuerda claramente al que pronuncia Caine en aquella película. Sin embargo, en 'Ahora me ves' no existe ni mucho menos un drama punzante, un ansia de superación, esa magnifica rivalidad agresiva entre dos personajes despreciables; si no simplemente un divertimento infalible sin demasiado que perder. Eso sí, al menos esta tiene más chispa que la sosa 'El Ilusionista', protagonizada por Edward Norton.


Como película de magos que se precie, decide incorporar una sorpresa al final, pero resulta tan decepcionante como pretenciosa. Se pasa de inesperada a tramposa. Su "carta en la manga" no es un As, si no un simple dos. La gracia de la magia es que te la creas, y esta cinta resulta previsible, rutinaria e inverosímil. Intenta compensar su argumento fallido con una fotografía, unos efectos y una banda sonora (un poco del estilo de Hans Zimmer) dark ultramodernista, agradable como entretenimiento pero, si miramos demasiado cerca, no veremos mucho más que eso.

Nota: 6/10

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